La atención específica consistirá en la aplicación de su ACI, en función de sus NEE, de
su nivel de competencias y del análisis de los entornos de desarrollo o espacios vitales en que debe actuar. El referente para la elaboración de su ACI serán las competencias clave, criterios de evaluación y objetivos establecidos en el Proyecto Educativo del centro para el ciclo con el que el alumno o alumna presente menor desfase en sus competencias curriculares.
Además, este alumnado, en función del tipo y grado de afectación de las NEE que presente, podrá ser objeto de AAC.
La organización del trabajo en el aula específica de educación especial dependerá, en gran medida, de las necesidades que presente el alumnado, así como de las propias características físicas del aula. No obstante, es posible establecer una serie de orientaciones generales que se podrían cumplir en esta modalidad:
• Organización del tiempo a través de rutinas diarias.
• Organización de los espacios por rincones o zonas de trabajo diferenciadas.
• Organización de las actividades cuidando la diversificación de las tareas propuestas.
• Organización de los horarios.
La organización del aula específica de educación especial contará con momentos de integración del alumnado en grupos ordinarios.
Esta posibilidad de integración del alumno o alumna en actividades comunes y curriculares con el resto del alumnado del centro variará en función de las necesidades educativas especiales que presente, de sus competencias y de los recursos personales especializados y
materiales específicos que precise y se especificará en el apartado “Propuesta de atención educativa” del informe de evaluación psicopedagógica.
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